Medimos las palabras.

Medimos las palabras. Explicamos lo evidente. Obviamos lu oculto. No sabemos quienes somos. No a donde vamos. Ni de donde venimos. No sabemos ni siquiera el momento en que comenzó esto. Simplemente, lo vivimos. A veces nerviosos, a veces tranquilos. A veces gritando, otras halagando. A veces sufrimos, y otras simplemente reímos.
Qué sincero es el silencio. Cuanto expresa. Cuanto explica. Cuanto aclara. Cómo alivia.Qué tranquila la soledad. Y qué alegría cuando llegan los demás.

No hay prisa aunque el tiempo pase rápido. No hay preguntas con respuesta correcta. No hay palabras, sólo grafías unidas fielmente intentando explicar lo absurdo. Lo de siempre. Solo quedan versos sueltos de un poema incompleto. Sólo existen párrafos sin punto final. Solo un vano intento frustrado por comprenderlo. Por saberlo. Por conocerlo. Por intentar, sin conseguir, quererlo.

Ya no queda nada. Todo se lo ha llevado el viento. Únicamente unas cuantas frases inconexas y pasadas de moda. Antiguas y ligeramente soberbias. Escritas para llenar los momentos vacíos. Diseñadas para ocupar lugares sin dueño.

Solo hay noches donde el sol decide no amanecer. Noches en las que la luna duerme.
No importa. Tranquilo. Esto lo soluciono yo. Tú cierra los ojos y duérmete, cuando despiertes habrá pasado lo peor.

Con lágrimas en los ojos, como un cocodrilo infantil. Con un vacío que lo llena todo. Con una esperanza fuerte en que sea el olvido quien gane la eterna batalla al recuerdo.

Sin conexión entre los momentos. Sin coherencia. Tan absurdo como este texto. ¿Y qué importa si no dice nada cuando ya se ha dicho todo?Hay cosas que no se pueden expresar de otro modo.

Conclusión Mental nº4 - Consejos no válidos

- A la derecha, ahora un poco hacía atrás. Ya, para. Ahora hacía delante. Perfecto, lo has aparcado genial.

- Yo de ti me estudiaría el tema 12 que cae seguro.

- Cómprate la amarilla que es la que mejor te queda.

- Pasa, todos son iguales.

- Yo me iría en agosto que es cuando hace mejor tiempo y vas a disfrutar más.

- Ahora descansa, eso lo hacemos juntos mañana.

- No se lo tengas en cuenta, está nerviosa.

- Yo creo que lo mejor es hacerlo como te he explicado antes.

- Lo que yo haría en tu lugar es ir primero a allí y luego ya vienes.

- Cómprate ese libro es el que más te va gustar. Es de tu estilo.

- Pasa. No contestes.

- Ahora duerme y eso te lo miras mañana.

- Pídete esa tapa, es la más rica.

Creo que lo mejor, lo que más te conviene, yo de ti, si fuera tú, yo me iría, yo haría, creo que lo que tienes que hacer es, lo mejor para ti es …

… ¿y qué pasa cuándo ningún consejo vale? ¿y qué pasa cuándo ninguno ayuda a solucionar una realidad? ¿qué pasa?

Conclusión Mental nº 3 - Fin de exámenes

El agotamiento y la monotonía invitan a desertar. Ella duda.Lo deja. Abandona. A los pocos segundos vuelve sobre sus pasos y continua.
Se mira al espejo y las ojeras asentadas desde hace ya unos días le recuerdan lo difícil, lo costoso. El desánimo asoma. Ella lo retira, después continua.
Un poco más, un esfuerzo final, dos días y ¡Ya! La rutina termina por destrozar los pocos ánimos que quedan en la reserva. Ya no hay más. Ella sabe que ahora le toca transformar el desánimo y el agotamiento en ganas de continuar, de llegar hasta el final.
Mira un momento hacia atrás. Mucho camino recorrido ya. Mira hacia delante, la meta está ahí, a pocos metros. LLegará en unos momentos. Sin embargo el agotamiento es tal que sólo quiere descansar. Sabe que si descansa ahora, hoy no llegará a la meta, que llegará la noche que no le dejará continuar, que tendrán que esperar a un nuevo día para poder avanzar.
Es muy fácil empezar. Muy difícil llegar hasta el final. Ya no piensa nada más. Sólo en el paso que toca dar. Uno tras otro, el único modo de llegar hasta el final.Sigue avanzando. Lenta y constante.
Por fin llega al final. Todo termina, le invade una envidiable paz. Sabe que lo ha conseguido, ha llegado hasta el final.
Ahora toca disfrutar de la meta y descansar.

huida

huir de la realidad es lo peor que puede sucedernos. es peor que perder la lucha, porque en la derrota siempre podemos aprender algo, pero en la fuga todo lo que logramos es declarar la victoria de nuestro enemigo.

el mismo yo

Dos mundos paralelos unidos en un mismo yo. Contradicción. Confusión. Descontrol. Uno grita asustado. El otro observa callado. Uno comprende. El otro es el que aprende. Siempre discuten. Siempre en desacuerdo. Siempre hay contradicción. Y todo, dentro de un mismo yo.
No consigue nunca saber cual es el que lleva la razón. Quizás no haya razón. Solo contradicción. Y unas veces gana uno la batalla y en otras ocasiones es el perdedor.
Y todo sigue dentro del mismo yo.
Un yo inquieto, un yo nervioso pero tranquilo, siempre alerta, siempre pensando, siempre dando vueltas a la cabeza. Un mismo yo que comienza a conocerse, a palparse, a situarse, a saberse. Y cuando parece que lo consigue, otra vez la contradicción, el caos, la batalla y de nuevo todo dentro del mismo yo.
Y entonces cree que nunca comprenderá su esencia, que nunca entenderá a su mente, que nunca sabrá quien tiene la razón, si es que hay razón.
Sabe que es una mezcla de orden y caos, un orden preciso que le lleva al éxito en algunas acciones, un caos absoluto que hace daño al corazón, un caos que no entiende de vergüenzas ni de ideas, que no entiende de valores ni de razón, un caos loco, feliz y altruista. Y todo dentro del mismo yo.
Y entonces procura tener paciencia, procura que el tiempo decida quien gana la guerra, procura establecer la paz dentro de ese único yo. Y entonces sabe que nunca comprenderá porque existe tanta contradicción, porque tanto desacuerdo, porque tanta fuerza y tanto corazón.
Y entonces sabe que siempre vivirá entre batallas sin sentido en las que combaten las dos fuerzas del yo.
Una es paciente, la otra más impaciente. Una es tranquila y la otra constantemente nerviosa. Una es sincera y a la otra le gusta auto engañarse. Una es generosa y la otra prefiere llevarse la mejor parte.
Y así se contradicen constantemente, día y noche. No importa el momento, el tema o la situación. Y así viven. Y así se relacionan las dos partes de un mismo yo.
Y ella sabe que deberá coger lo mejor, lo mejor de cada una de las dos.

y grito ¡ayuda!

Lo has conseguido. Lo has despertado. Lo has cambiado.
Un par de palabras. Sinceras. Tranquilas. Sin humo. Calladas.
Lo quiero. Y no puedo. Te lo prometo. Te entiendo. Nos une el silencio de las palabras. Las noches en vela redactando el pasado.
Y yo, me conoces, no quiero aceptarlo. No quiero que se me vaya de las manos.
Tu texto extenso, tu sinceridad salvaje, tus palabras perfectamente medidas y ordenadas, pensadas y repetidas. Cada una, en cada momento, mientras las leo, van llegando a lo más profundo. Hacen mella, duelen y alivian.
Sabes lo que hay. Sabes como somos. Sabes que pasó. Sabes como soy capaz de escribir.
Me falta tu aliento. Tu inspiración.
Cambiaste el ritmo de mis palabras. Cambiaste la forma de expresarlo y decirlo.
Intenté ser más de lo que era, más segura, más generosa, más valiente. Pero ves más allá de las intenciones. Y analizando los hechos te cabrea que finja saber lo que no sé, que finja ser lo que no soy, que escriba de una forma menos sincera.
Has abierto una brecha como pretendías. Quizás no fuese escrito para mi, pero me ha llegado. Quizás si, pues como tanto hemos hablado lo que escribimos tiene riqueza cuando cada uno es capaz de interpretarlo según su naturaleza, el momento por el que pasa, lo que piensa o lo que olvida.
Y despiertas lo pasado, y esperanzas lo futuro. Y me gritas. Y recuerdas que no es mi modo, que no es mi forma la que expreso, que no soy yo la que está escribiendo. Que son mis mentiras las que expreso en los versos. Y una vez más te digo que tienen razón tus palabras. Que ha merecido la pena plasmarlas. Que me han llegado. Que lo sé. Que no me parecen vacías.
Y una vez más te recuerdo lo que soy. Y una vez más me supera la vida. Me aturulla la mente. Me pueden las mentiras. Y una vez más el orgullo de no querer aceptarlo como es. Como fue. Como pasó y todo lo que nos dejó. Una vez más un mundo muy grande para un alma tan pequeña.
Una vez más los simulacros. Una vez más el color de tus palabras que despierta algo en quien leyendo las comprende.
Una vez más volveré a mi origen, a mis modos, a mis letras, al sentido absurdo de escribir sin pensarlo, al querer plasmarlo todo claro, al que no importe lo que digan, al dejar de lado las mentiras.
Es eso todo. Todo es solamente eso. Es mucho más que todo lo demás. Es eso. Es esa unión que comienza y termina en las palabras, que exalta y anima, que hace ver la vida en una nueva dimensión, es esa loca inconsciencia que me hace escribir sin razón, sin medir, sin preocupación de no ser comprendida, de no gustar, de no estar a la altura. Y ¡qué más da! Qué más da que no entiendan mis palabras cuando escribo así si es cuando soy sincera. ¡qué más da! Qué más da reconocer una vez más que no hay quién comprenda la verdad, ni al hombre, ni esta vida …
Gracias por despertar lo que habían dormido las mentiras.
Empiezo de nuevo. Una vez más. Y grito, ¡ayuda!

un café muy amargo

Un café muy amargo. Una media sonrisa. Una mala cara. Una mirada tranquila. Unas risas nerviosas. Unas astutas acciones. Unos momentos callados. Un mensaje que no se sabe bien que pone.
Un silencio y después un montón de palabras. Un sol que no deja de brillar cada mañana.
Una vuelta por tus rincones de donde has sacado ya todas las señales de mi presencia, de mi estancia tan prolongada, de tu interés en que los visitara.
Un par de cigarros. Dos copas y media. Otra ronda, por favor. Siempre paga él la cuenta.
Un montón de recuerdos que van, que vuelven, inestables, intranquilos, que parecen no encontrar su sitio en una mente inquieta, incansable y dolida.
Un montón de apuntes sobre la mesa, una canción en la mente como solución a los problemas: mejor mañana.
Una mirada sincera, un viaje corto y absurdo, un gesto de cariño y el ánimo subido.
Vuelta otra vez al mismo ruedo. Sin ganas de comprender. Sin ganas de asumir. Con ganas de pasárselo bien.
Parece que alguien nuevo ocupa los ratos libres. Es una mentira más. Tan solo intenta convencerse de que lo logrará olvidar.
Ojeras acumuladas de varios días sin descansar van personalizando su negro color. Qué importan las despedidas. Qué importa lo que sufra un corazón. Qué importa la coherencia y todo lo que ayer se dio, todo lo que costó.
Olvidado. Ya pasado. Qué importa si no hay control.
Hoy no busco la belleza en lo que escribo, tampoco pido ayuda a la imaginación, hoy he despedido a las musas, hoy escribo solo yo.
Lo que viene, lo que pasa, lo que vuelve, lo que importa, lo que duele, lo que ayuda, lo que sabemos que siempre permanece. Lo de siempre, lo de siempre, lo de siempre …
Por favor otro cortado con hielos. Hoy pago yo.
Te debo un desayuno. Te debo también una cena. Te debo … te debo tanto … te debo la razón. Te debo los consuelos, te debo el tiempo y la atención. Te debo que me quieras sabiendo como soy. También el no aceptar los defectos que tú tienes, el no saber estar en lo que quieres y en lo que temes. Te debo tanto … pero no puedo dártelo, ya me voy.
Que absurdo, que inconsciente, que maraña de pensamientos, de recuerdos, de imaginación y de momentos, de sentimientos, de olores y dolores, de tristezas y de amores …
Tranquila.
No llores.
El tiempo pasa. El tiempo viene. El tiempo todo lo comprende, todo lo alivia, todo lo cura, todo lo allana, todo lo puede. El tiempo todo lo tranquiliza, lo ordena, lo olvida, lo retiene.
El tiempo.
Y después de nuevo la calma. La calma que me deja sin palabras. Tranquila. Todo ha pasado.
Coge una hoja nueva, en blanco, empecemos sin volver a lo pasado.

Conclusión Mental nº 2 - gallega, facha y católica

No puedo evitar contároslo.
Hace no muchos días un viejo conocido, enajenado y soberbio, concluía una larga y compleja relación insultándome de la siguiente manera: gallega, facha y católica.

Ojala todos los insultos fueran tan agradables y personales, tan profundos y tan sinceros. Ojala todos los insultos doliesen tan poco como estos.
Ojala todos los insultos nos recordasen nuestras raíces, nuestras convicciones, nuestros ideales, nuestra verdad.

Aquellos gallegos que leáis esto comprenderéis que no hay mejor piropo que que nos reconozcan como gallegos, que nos lo recuerden , que nos lo repitan, que nos asocien con ello. Con esa tierra llena de morriña, con esas gentes tranquilas y sencillas, sinceras y llanas. Con esa belleza natural que lo impregna todo, que también está en la gente.

No puedo evitar contároslo para que conmigo os riáis. Para que os haga gracia, como a mi, que llamen facha a una persona que nunca ha votado a un partido de derechas. Para que sepáis que aún hay quien no comprende que está muy lejos ser facha de ser patriota, que no es más que querer la tierra de la que somos, de la que formamos parte, querer a su gente, su dinamismo, la variedad y riqueza de costumbres que la componen y la comprenden.

No puedo evitar contároslo y todos aquellos que viváis de verdad, intensamente, comprenderéis que no existe humano sin ideales, sin convicciones, sin un pensamiento moral, sin una filosofía de vida. Comprenderéis que todas son igualmente respetables y valiosas.

No puedo evitar contároslo para que comprendamos que los insultos hacen más daño a quien desprecia. Para que comprendamos que no es posible dañar la base cuando los cimientos son de piedra.

te admiro

-Te admiro-dijo él.
-¿Por qué?-Preguntó ella con su eterna sonrisa.
-Porque me conoces, sabes como soy, y aún así me quieres.

hoy es diferente

Los minutos, horas. Las horas, días. Y los días son años sin ti.
Pero hoy es diferente. Una vez más es distinto. Hoy me he levantado con buen pie.
Desde hoy voy a disfrutar cada minuto, cada hora, cada día y cada año.
Hoy voy a disfrutar de que nada me falta, de que lo tengo todo.
Hoy me quedo con lo querido y dejo de añorar lo desconocido, lo extraño.
Hoy no sirven las palabras, hoy me quedo con los hechos y con mis ganas de disfrutarlos.
Hoy me quedo con la familia, con los viejos amigos y también con los que van llegando.
También con los buenos recuerdos y con los proyectos sanos.
Hoy me quedo con el sol de esta mañana madrileña, también con las tormentas de verano.
Hoy me quedo con el azul de mar, con el verde de mi tierra y la morriña alegre de extrañarlo.
Hoy me quedo con las sonrisas y risas que comparto.

Hoy me quedo sin ti, y entonces luce el sol más calido del verano.

Hoy soy libre y aprendo de los fallos.

despedida

¿ Cómo se despide uno de alguien que no sabe si volverá a ver? ¿Cómo se despide uno eternamente? ¿Cómo se despide uno de quien no quiere ni siquiera despedirse?
¿Cómo se despide uno de un error, un amor y un fracaso? ¿Cómo se despide uno de aquella persona que ha sido estas tres cosas durante tres años?

Me despido con palabras. Palabras como las que te hirieron, como las que dije y las que me callé. Palabras que a mi también me hirieron. Palabras como las que nos animaron un lunes temprano o las que nos divirtieron una tarde de viernes. Palabras que utilizamos para comprendernos, para conocernos, para comunicarnos. Y después, para olvidarnos.

Te escribo desde aquí. Desde este rincón de Internet que nació gracias a tus palabras, a tus ánimos y a tu firme seguridad en que mis relatos llegarían lejos.

Te escribo porque no quieres verme pero sé que lo leerás. Te escribo porque la escritura ha sido nuestra forma más sincera de comunicarnos, más sincera que las palabras intercambiadas, más sincera que los hechos compartidos y que los momentos vividos.

Te escribo pero me quedo sin palabras.

Por si de algo sirve desear, te deseo lo mejor. Te deseo lo que quieres, lo que esperas, lo que anhelas y por lo que luchas cada mañana. Te deseo una sonrisa cada mañana y gente que te quiera y momentos para disfrutarlos con ellos. Te deseo muchos más éxitos que fracasos, muchas más alegrías que penas y la felicidad de disfrutar cada momento intensamente. Como si fuese el primero, como si se tratase del último.

Te deseo una vida larga, mucho más larga de lo que aseguran que será si sigues fumando como lo haces. Te deseo una mujer que sepa quererte sin condiciones, que esté siempre y unos hijos que se sientan orgullosos de ser tuyos.

Después de todo. De tanto daño hecho, de tantas palabras y tantos hechos. De tantas idas y venidas. De tanto tiempo, de tanto espacio. Después de todo espero que me perdones en algún momento, por no haber sabido hacerlo mejor, por no haber querido meter un poco más de cabeza y un poco menos de corazón. Espero que me perdones aunque creo que tendría que empezar por perdonarme yo, por perdonarme el error de perder esta relación.

Si Dios existe nos volveremos a encontrar y disfrutaremos la amistad. Si no existe nos veremos en otra vida.

la guerra ganada

Te leo. Releo. Hablamos. Lo pienso. Y después, te escribo.

No tengo nada que decirte que no sepas tú ya. No puedo hablarte de ningún sentimiento pues tú sabes, igual que yo, que los que compartimos no es posible describirlos con palabras. Son muchos, tan intensos todos. Pocos buenos, la mayoría desgarradores.

¿Y qué pasa si sufrimos? ¿Qué pasa? Si al final salimos ganando. Si al final supimos ser fuertes, conseguimos superarnos. ¿Y qué pasa si nos enamoramos? Sin quererlo, sin saberlo, sin tenerlo y estando a nuestro lado.

Parecíamos cobardes y fuimos los valientes.
Parecíamos débiles y fuimos los fuertes.
Parecíamos soberbios y fuimos los humildes.
Parecíamos tontos y resultamos ser los sabios.

¿Y qué pasa después? Cuando el paso del tiempo todo lo cura. Cuando los años nos ayudan a ver los hechos desde otra perspectiva. Cuando trepamos y llegamos a lo más alto y al mirar hacia abajo vemos aquello como un insignificante punto en el universo.

Y entonces llega el momento. Llega la persona esperada. Llega lo eterno. Y entonces sabemos disfrutarlo como ellos nunca lo han hecho.

Sigue pasando el tiempo y cada vez son más borrosos los recuerdos que sin importancia van muriendo. Y entonces, aparecen de nuevo. Con sus sonrisas pícaras, con sus miradas inquietas, con el peso de los años, con sus constantes ganas de conocer más allá de los límites establecidos, con ese anhelo constante de cariño, con esa envidia egoísta de nuestra sana existencia.

Y entonces sonreímos sinceros, estables, maduros y sanamente contentos por el reencuentro. Y nos damos cuenta de que siguen siendo ellos, tan frágiles, tan pequeños, tan inseguros, que nos siguen echando de menos y siguen sin reconocerlo.

Y entonces recuerdo aquella pregunta que le hice a tu chica aquella tarde de febrero en la que ella abrió su corazón. Aquella tarde en la que yo, sin conocerte, me puse de tu parte, defendiendo lo vivido. Y entonces recordé lo que ella me respondió.

Y una vez más comprendí que perdimos aquella batalla pero, más tarde, ganamos la guerra.

La Risa

De pronto aparece. Sin pensarlo demasiado, sin pretenderlo, sin planearlo.Aparece y estalla, llenando todo el espacio vacío o lleno de la palabras significativas o absurdas. Aparece y lo invade todo, contagiando rápidamente a todos los que están presentes.Llega sin avisar. Amenizando una estancia seria, comprometida o absurda.
Ella, siempre alegre.
Aquellos que la conocen tienen una vida más larga, una juventud más prolongada y una sonrisa eterna. Aquellos que la conocen viven contentos cada momento de su existencia, amenizando siempre esos instantes que quedan eternamente en algún lugar de la memoria.
Siempre espontánea, tranquilizadora, grandiosa y graciosa. Muchas veces inesperada e inevitable en momentos serios, circunstancias comprometidas o lugares de silencio.
Siempre presente. No importa donde. Tomando cañas, haciendo deporte, en clase, hablando en la última mesa de un café, leyendo un mensaje de móvil, caminando sola por la calle, en la piscina, en tu casa una tarde de domingo lluviosa, en la biblioteca, en una cena familiar, delante de la pantalla de un ordenador, en una reunión de trabajo, leyendo un libro en los diez minutos diarios de trayecto en autobús, en el coche …

Siempre contenta. Siempre presente. Siempre. La risa

CM nº1

Abrir. Cerrar.
Entro. Sales.Salgo.Entras.
Entras. Salgo.Sales. Entro.
Entramos los dos, salimos los dos.
Un portazo de despedida. Luego llamo. Abres y ves que sigo ahí. No paso.No cierras. Seguimos.
Otro portazo tuyo.
Más paciencia. Cada vez más difícil, más incomprensible, más inhumano, más incoherente, más intolerable, más absurdo,más basto.
Un nuevo portazo. Esta vez soy yo. Yo fuera. Tú dentro. Cojo la llave, tras dar dos vueltas a la cerradura, y la tiro al mar. Todo lo lejos que puedo. Se hunde. No me mojaré ni un pelo en bajar a buscarla.
Si quieres salir, hazlo por la puerta de atrás.

Esta vez es diferente. la que se ha cansado he sido yo, esta vez podrás comprobar que no va a haber marcha atrás, que no habrá recuperación, ni mejora, ni disimulos, ni palabras compartidas. ya no más.
ya no más. Enfádate, pega patadas, insúltame, ódiame. Haz lo que quieras pero a mi déjame en paz.
No esperaré a que salgas. no esperaré más. Te deseo toda la suerte que te mereces, como siempre yo tendré más.
No pienses en mi, pues ahora soy yo la que no vuelvo.
Quédate en tu pequeño mundo del que nunca saldrás.
Te dejo y de nuevo me vuelvo a disfrutar con los demás.

el grillo y la hormiga

Ocurrió hace ya mucho tiempo. En un lugar muy lejano al que conocemos.Ocurrió en otra vida, lejana a la que nosotros denominamos Realidad, cercana a la que asignamos el nombre de Imaginación.Ocurrió en un país cercano al de las Maravillas. Allí donde el sol está más próximo y el calor es más húmedo, donde las nubes son azules, el prado verde y las montañas con perpetuas nieves en la cima, allí donde los ríos descienden por la ladera, de forma regular hasta desembocar en un limpio mar donde flota un impecable velero, donde los peces son de colores. Aquel país donde existe la Belleza, la Verdad, el Amor. Donde reina la Perfección.En aquel país tan lejano y inaccesible para ti, tan desconocido y por ello atractivo.

Allí vivía un grillo que lejos de parecerse a Pepito, el amigo fiel de Pinocho, era tranquilo, callado y humilde. También vivía una hormiga, nacida para ser reina.

Ambos compartían hábitat. No les unía nada más. Ella era la reina de su pueblo, él era el cantante nocturno que intentaba rutinariamente impresionar a las hembras que le rodeaban.
Ella era la líder de su población. Él era uno más.

Hacía tiempo que se conocían. Él admiraba su realeza. Ella envidiaba su independencia. Él quería ser rey como ella, ser más y no uno más.Ella quería estar entre los demás y no sufrir la soledad de ser diferente, de la singularidad, de la superioridad.

Caía la tarde. Aquel atardecer volvieron a encontrarse. Una vez más. Y ocurrió como ocurre tantas veces en la naturaleza. Algo sencillo y vulgar, cotidiano y corriente un día cualquiera se hace sublime, se hace diferente. No sabemos el por qué, tampoco el cómo. De pronto lo vemos diferente, especial, aquello con lo que habíamos convivido tanto tiempo sin darle importancia, de pronto, sin razón alguna pasa a ser la piedra angular del edificio de nuestra existencia. Aquel atardecer la hormiga y el grillo se enamoraron.

Pasó el tiempo, cambió el espacio. Desvelaron sus secretos. Compartieron sus sentimientos. Conocieron al extraño. Y continuaron, cada vez más enamorados.

Era una relación distinta, extraña, diferente y complicada.Él era nocturno, ella vivía de día.Ella era reina de sus obreras y soldados. Él cantante de sus hembras. La hormiga nunca fue capaz de escuchar aquel canto. Les separaba un largo tiempo de evolución diferente, les separaba su origen, sus formas y sus vidas.

Ella elegía tranquila a aquel grillo. Era diferente, la diferencia que la comprendía, que la sacaba de aquella aburrida rutina de ser siempre alagada y observada. Él elegía intranquilo a aquella hormiga. Sabía que ella era más de lo que él merecía, sabía que él no podría darle lo que le pertenecía.

Un día de primavera el grillo se fue. Muy lejos. Prometió que volvería y también aseguró que ella le olvidaría.Ella intentó convencerle de que se quedara., pero cuando terminó de hablarle él ya caminaba lejos. Poco después lo vio desaparecer, fundirse con la lejana y delgada línea del horizonte. Ella envió a sus soldados en su búsqueda, se aseguró de que rastrearan toda la zona, cada rincón, cada piedra, cada lugar de aquel país lejano. Él no apareció. Nunca lo encontraron.
Pasó el tiempo y con la edad ella lo comprendió. Comprendió que porque la había querido se había ido. Comprendió que no podía haber sido de otra forma. Comprendió que él supo que si se quedaba le privaría de las riquezas que le pertenecían por ser reina, privándole de un paraíso al que el no había sido invitado, al que ella no podía llevarle.

Comprendió que él se fue para que ella pudiese, libremente, ser quien era.

(…)

Un día lluvioso de junio mi imaginación me contó esta historia. Nunca existió. Nunca existirá. Sin embargo todos la hemos comprendido. Porque alguna vez hemos experimentado algo parecido. Porque todos alguna vez hemos sido grillo y alguna vez hemos sido hormiga.

tierra de libertad

Una mirada al pasado. Una mirada al futuro. Siempre viviendo el presente. Siempre soñando despiertos, siempre riendo, siempre viviendo.Escribimos para contarlo, muchas veces vivimos para escribirlo. Contamos lo que nos pasa, pasamos de muchas cosas de las que no hablamos. Hablamos en silencio, por señas nos comunicamos, en silencio nos miramos. Sonreímos. Luego, volvemos a mirarnos.No importa lo que cuente. No importa que lo leas. No importa si el presente es más duro. No importa si ya no es lo que era. No importa contradecirse, tampoco ser coherente.Vivimos. Seguimos. Luchamos. Alguien dijo hace ya tiempo que la libertad está en la verdad. Yo me siento hoy más libre, ahora que lo conozco. No me ha importado la dureza de la verdad, no me ha importado nada, solo he sentido la libertad de conocerla al final, después de todo. Descansar en tierra de libertad.Ahora ya puedo descasar, ahora ya conozco la verdad. Ahora ya estoy bien, tranquila y serena. Con ganas de volver a empezar a disfrutar, esta vez sé que será de verdad.
Hoy empiezo de nuevo.
He llegado, por fin, a tierra de libertad.

ZETA

Es la primera vez que lo hago. Tengo muchos blogs amigos pero esta vez será la primera que dedique una entrada a animar a todos mis lectores a pasarse por un blog que acaba de nacer pero que no tardará en crecer y hacerse su hueco en esta complicada red virtual que a tantos nos hace disfrutar leyendo y nos motiva y anima a seguir escribiendo.
Este blog del que os hablo nace hoy y no pasará mucho tiempo antes de que se llene de animados lectores que lean fielmente a Z, que comenten sus entradas, que disfruten con él de sus experiencias y aprendan con sus palabras.
Z si sabes por qué.Gracias a ti.
Os animo a pasaros por ese pequeño rincón de internet que hoy nace:
http://zetado.blogspot.com/