(...)¿Qué queda del parque de la infancia, henchido de sombra, mágico, helado, ardiente, del que, ahora, al regresar, uno recorre con cierta desesperanza la pared baja de piedras grises, extrañándose de encontrar, en un recinto tan pequeño, encerrada una provincia de la que uno había hecho su infinito, y comprendiendo que ya nunca volverá a ese infinito pues, para ello, no basta con regresar al parque sino que tendría que volver a participar de ese juego?
(...)
Tierra de hombres
2 comentarios:
Dolo, me gusta el cambio que has hecho en tu blog
un beso
thanks!
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