¿ Cómo se despide uno de alguien que no sabe si volverá a ver? ¿Cómo se despide uno eternamente? ¿Cómo se despide uno de quien no quiere ni siquiera despedirse?
¿Cómo se despide uno de un error, un amor y un fracaso? ¿Cómo se despide uno de aquella persona que ha sido estas tres cosas durante tres años?
Me despido con palabras. Palabras como las que te hirieron, como las que dije y las que me callé. Palabras que a mi también me hirieron. Palabras como las que nos animaron un lunes temprano o las que nos divirtieron una tarde de viernes. Palabras que utilizamos para comprendernos, para conocernos, para comunicarnos. Y después, para olvidarnos.
Te escribo desde aquí. Desde este rincón de Internet que nació gracias a tus palabras, a tus ánimos y a tu firme seguridad en que mis relatos llegarían lejos.
Te escribo porque no quieres verme pero sé que lo leerás. Te escribo porque la escritura ha sido nuestra forma más sincera de comunicarnos, más sincera que las palabras intercambiadas, más sincera que los hechos compartidos y que los momentos vividos.
Te escribo pero me quedo sin palabras.
Por si de algo sirve desear, te deseo lo mejor. Te deseo lo que quieres, lo que esperas, lo que anhelas y por lo que luchas cada mañana. Te deseo una sonrisa cada mañana y gente que te quiera y momentos para disfrutarlos con ellos. Te deseo muchos más éxitos que fracasos, muchas más alegrías que penas y la felicidad de disfrutar cada momento intensamente. Como si fuese el primero, como si se tratase del último.
Te deseo una vida larga, mucho más larga de lo que aseguran que será si sigues fumando como lo haces. Te deseo una mujer que sepa quererte sin condiciones, que esté siempre y unos hijos que se sientan orgullosos de ser tuyos.
Después de todo. De tanto daño hecho, de tantas palabras y tantos hechos. De tantas idas y venidas. De tanto tiempo, de tanto espacio. Después de todo espero que me perdones en algún momento, por no haber sabido hacerlo mejor, por no haber querido meter un poco más de cabeza y un poco menos de corazón. Espero que me perdones aunque creo que tendría que empezar por perdonarme yo, por perdonarme el error de perder esta relación.
Si Dios existe nos volveremos a encontrar y disfrutaremos la amistad. Si no existe nos veremos en otra vida.
6 comentarios:
vaya par de huevos que tienes lores, ojala los tuviese yo¡¡ menos mal que eres gallega, como tu siempre dices, menos mal...
jajajaja... gallega y... te faltan dos adjetivos..facha y católica..jajjaja..que ya sabes que soy las tres cosas!!
la verdad es que no lo he leido...hace tiempo decidí que nunca más me despediría de nadie! No lo he vuelto a hacer(aunque como sabes de sobra en estos meses ocasiones no han faltado!!)
Ya nunca me despido,las despedidas son dolorosas, con sólo imaginarmelo lo paso mal, por eso no he leido tu post! Por eso tmabien siempre busco excusas para volver, me acojo, me agarro con fuerza a la única oportunidad entre un millon de que nos volveremos a ver aunque sé que puede ser imposible pero tambien sé que cuando me dé cuenta de que era absurda esa oportunidad ya me hará menos daño reconocer que no se puede volver el camino hacia atras y que las cosas van pasando
teka! la verdad es que es duro lo de las despedidas aunque hay casos como este(del que escribo en este post) en que es diferente, muy diferente... y quizás también la dureza sea diferente...
entiendo muy bien tu situación de estos meses pq ya sabes que la he pasado, hace un año exactamente...
sin más te diré que es duro pero que nos hace fuertes y valoras a los que están siempre..estés donde estés, hagas lo que hagas...
Por sacarle algo bueno a una despedida...creo que no se podría haber escrito otra mejor en tu situación.
Bea
no es tan dificil escribirlo como pensarlo...desear lo mejor dp de las 3 palabras vividas..es complicado...si realmnte lo sientes es admirable!
Elenita
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