Había algo de ingenuidad en aquella mirada, un poco de miedo, mucho de cariño y todo de verdad. Todo ello combinado en las proporciones exactas daba lugar a aquel brillo tan especial que sólo era visible en su mirada. Difícilmente explicable. Nunca volví a ver una mirada como aquella.
O quizás es que, desde entonces, no he vuelto a mirar de la misma manera.
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