De pronto comenzó todo. Sin previo aviso. Con rapidez, como si ya llevasen tiempo esperando un estímulo señal que marcase el inicio, el momento de salida.
Se desencadenaron los acontecimientos, uno detrás de otro. Sin prisa, sin pausa. Tranquilo pero ágil. Como las fichas de un dominó que tras empujar levemente la primera van cayendo todas, de una manera ordenada y elegante; perfecta y precisa.
Los actos se sucedieron a cierta velocidad. Una palabra, quizás un gesto, una mirada o una sonrisa pudieron ser los causantes de todo aquello. Las causas inmediatas, pues las causas últimas se habían forjado hacía ya tiempo.
Todo suedió como sucede en las carreras de cien metros lisos. En estas, tras el pistoletazo de salida, los corredores abandonan su estado de reposo absoluto para recorren una distancia corta a la máxima velocidad posible. Un paso detrás de otro. Una zancada tras otra. Actuando sin pensar. Concentrando todas las fuerzas en la acción.
De la misma manera que comenzó terminó.De repente. Tras alcanzar la meta. Cuestión de milésimas de segundo. Intenso y fugaz.
Después los dos continuaron con sus vidas. Nadie volvió a mencionar aquello.Aparentemente todo siguió como siempre.
Para ellos todo había cambiado.
2 comentarios:
Q sepas q este siempr q entro lo leo..me parece mu sencillo..pero mu bonitoo...lo voy a colgar:) has escuchado la última canción de Alex Ubago? y la de Conchita?me encantan los 2...!!
a ver si te gustan..:)
1besitoo Ovejitaa!!
gracias por entrar y leer!
me anima!
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