Lo pensé dos veces. Y me di cuenta que jamás podría describirte como me sentí cuando leí aquello. Ni siquiera consultando al más experto de los filólogos conseguiría encontrar la palabra que define aquel estado.
Quizás una mezcla entre indiferencia y máximo interés. Explosionando juntos, como si fuesen dos gotas formando parte de la misma ola. Una gota flota y la otra se ahoga. Lo que nunca lograré averiguar es si la indiferencia flota o es la que se ahoga.
A veces la vida se presenta como un bucle infinito, en el que nunca dejamos de conocernos. Y hay momentos en los que parece que volvemos a empezar. Y nos alteramos, sorprendidos por haber descubierto la punta de un iceberg de una personalidad que creíamos ampliamente conocida.
1 comentario:
Somos un ciclo que se repite. La vida es ese bucle infinito del que hablas. No podemos escapar de nosotros mismos por mucho que queramos, y eso es universal.
Reflexiones cortas pero llenas de grandeza.
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