la caida

voy caminando tranquilamente por la calle. el día es bueno, tengo un poco de prisa pero acelerando el paso llegaré puntual a mi cita.
de pronto me tropiezo con algo. entonces, comienzo a descender, siento como mi cuerpo se valancea, en esos instantes intento desesperadamente mantenerme en pie, todo el cuerpo-y también el alma-se concentran por unos segundos para no perder el equilibrio.
fracaso. pocos instantes después me encuentro tendida en el sucio suelo de aquella calle principal.
lo primero que pienso entonces, cuestión de segundos, es si me ha hecho daño, si tengo dolor.no. algún rasguño pero poca cosa. entonces llega el momento de la vergüenza, me doy cuenta de que he caido, estoy tirada en el suelo, enseguida me rodea gente, para ofrecerme ayuda, puedo sola, me levanto rápido.
avergonzada por la caida y deseando que me haya visto el menor número de gente posible y que entre ellos no haya ningún conocido.
continuo andando, como si no hubiese pasado nada, una oleada de pesimismo ligero, poco profundo, me invade, he caido inevitablemente, soy más torpe y débil de lo que pensaba.
enseguida evito estos pensmientos y los sustituyo por otros más consoladores y menos realistas, como que había "algo" en el suelo que ha hecho inevitable la caida, sin pensar también que los demás no han caido, solo yo, lo que me lleva a concluir que el obstáculo es visible y evitable.
tras la oleada pesimista, me invade otra de un optimismo mayor. estoy de nuevo en pie, de nuevo caminando. ha pasado.
aunque se que no tardaré mucho en volver a caer, en ese momento me prometo fijarme mucho más en donde piso. al cabo de unos minutos he olvidado ya la caida y camino sin mirar al suelo.

No hay comentarios: