duro cambio

Para días como hoy sobran las palabras, muy pocos se atreven ya a contestar a esas preguntas que nos han traído hasta aquí. Muy pocos saben ya a que atenerse cuando llegue la tormenta, y el frío del invierno invada el interior haciendo sufrir a cada alma. Muy pocos saben del encuentro con uno mismo, y de las ganas de volver a empezar, muy pocos saben de las dificultades de dudar, de no tenerlo todo asentado, de ser valiente para volver a empezar.Muy pocos saben de todo esto, y quien lo sabe no dice nada más, esas partes duras del camino a nadie le gusta recordarlas, como si así fuesen menos reales, menos existentes, como si al no mencionarlas pasaran más desapercibidas y doliesen menos, ojala, sin embargo no ocurre así, sino todo lo contrario.Y es que ya pueden asentir todos, que cuando las personas que más queremos se dan la vuelta, ignorándonos, y sin comprendernos en esos momentos tan difíciles, entonces, se demuestra la valentía, la madurez, las lágrimas corren por la cara, pero no pueden hablar muy alto porque entonces costará más callarlas.Cuando tomamos una decisión en la que vemos que nos metemos en directo en la boca del lobo, entonces nos encantaría huir, encontrar la salida más cercana, y correr hasta estar tan lejos que no reconozcamos, y que no recordemos nada de lo sucedido.Muy pocos saben del momento en la vida en el que uno se replantea todo, en el que toca volver a empezar deshaciendo primero todo lo erróneo que hemos ido construyendo, todo aquello edificado sobre falso que cae. El terrible momento del derrumbamiento, el momento más peligroso en el que uno puede decidir marcharse o volver a empezar con todo.El momento en el que uno puede decidir quedarse o continuar, tirar la toalla y comenzar a vivir la vida, a aprovechar cada momento o actuar con responsabilidad.

DPM

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