dia soleado

El día era soleado, las nubes parecían haberse apartado elegantemente, descorriéndose como un telón para mostrar un cielo completamente azul, y un solitario y realísimo sol que en soledad iluminaba nuestro planeta.El sol dejaba las chaquetas y gabardinas en los armarios, reservadas para días tristes o de frío, y llenaba de color las calles, de brazos desnudos y faldas o pantalones cortos, de pies descubiertos con bonitas y originales sandalias, de melenas que brillaban al sol, de bronceados y gafas oscuras que protegían del sol que alegraba un nuevo día. El día soleados fue el día del reencuentro. El día de volver a ver a aquellos rostros que se alegraban por mi presencia, esas miradas que había echado tanto de menos, esas personas que mientras las abrazaba me daba cuenta de todo lo que las había echado de menos, de que su ausencia me había coma panado todos esos días que separaban el días soleados de hoy del ultimo día en que nos habíamos visto. Sus miradas se encontraron con la mía, y descubrieron en ese instante el estado de mi alma, como si en la mirada se revelase todo.El día soleado comprendí que las ausencias son más duras de lo que pensamos, que hay personas que nadie puede sustituir. El día soleado abracé esos cuerpos suya ausencia era mi rutina, y la mirada de mi inteligencia miraba hacia la memoria y sentí como mi corazón volvía a llenarse de alegría, una alegría que solo con su presencia había experimentado, una alegría que llena el alma, aunque existan problemas o dolores. Una alegría que seca lágrimas de morriña o ausencia. Una alegría que explica a su vez el vacío cuando esas personas no están presentes.
El día soleado quedó grabado en mi memoria, sin ningún esfuerzo por mi parte por recordar todos aquellos detalles, como si la memoria fuese en esos momentos un gran aliado que guarda, previsor, los mejores recuerdos para los momentos malos sacarlos a relucir, y llorar por haberlos perdido, o bien alegrarse y esperanzándose sabiendo que volverán.Parece que ese día esta ciudad fue otra, que todo sonreía, pasé por lugares que presenciaron mis lágrimas, que en otros tiempos parecían burlarse y ahora me miraba con envidia.El día soleado terminó con la despedida. Con el dolor de decir la última palabra y aguantar las lágrimas que saldrán en cuanto se vaya. El día terminó con un nublado hasta luego que duró meses antes de volver a ser renovado y un sentimiento inexplicable de morriña que invadía todo, la sonrisa fue sustituida por las lágrimas, la plenitud del corazón por un desgarrón indescriptible, los recuerdos se guardaron en un cajón de la memoria etiquetado como Día Soleado, y el corazón lloró durante mucho tiempo al repasarlos, uno a uno, los recuerdos en aquél cajón tan bien guardados. El corazón lloró al repasarlos y pensar que eran ya solo recuerdos, lloró al recordar la última expresión de la cara, también la primera, las últimas palabras de aliento que tendrían que durar hasta el próximo y lejano reencuentro. Todo esto ocurrió el día soleado y luego continuo la vida como hasta entonces.

DPM

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