la soledad del sol

Muchas veces pensamos en los momentos duros que los buenos llegarán sin embargo no lo creemos de verdad y una nube nos invade el alma, y el espesor impide ver con claridad el futuro inmediato, cuando la alegría nos invade, nos llena el alma entonces no queremos disfrutar demasiado por si acaso luego desaparece, por miedo a perderlo todo, por miedo al sufrimiento de quien lo tuvo y ya no lo tiene.Pocas veces nos hemos parado a pensar que en los días de tormenta las nubes ennegrecen el cielo, haciendo los días más oscuros, dejándonos sin una clara visión, dejándonos en el frío y la soledad de un invierno largo, pero nunca advertimos que detrás de las nubes se encuentra el sol, presente siempre, inmóvil, constante, más oculto pero en el mismo lugar, esperando a que las nubes desaparezcan para volver a iluminar ese mundo que parece desorientado sin él , que se olvida de que él sigue en la misma posición que cada mañana, que cada tarde, aunque su apreciable intensidad sea menor desde donde lo apreciamos él brilla con la misma intensidad que siempre. Y dudamos de su presencia, pero él es el único constante.Cuando brilla, cuando la tormenta pasa y el sol se hace protagonista del cielo, entonces olvidamos aquellas nubes, olvidamos advertir que cuando las nubes cubren el cielo el sol está detrás pero cuando el sol es el protagonista, entonces las nubes no se esconden en ningún lugar, simplemente, no están, simplemente desaparecen, cuando brilla el sol el cielo está solo para él, el alma está iluminada, y las nubes desaparecen.

DPM

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