tarde de domingo rara

Pocas son las amistades que nacen en la más tierna e inocente infancia, crecen en la adolescencia y se consolidan fuertemente en la juventud.
Podrían contarse con los dedos de una mano, y en muchos casos el número de dedos superaría al de amistades.
Y quizás por ser pocas las supervivientes a estas etapas tan diversas de la vida son las más fuertes y recias, las más sanas.
La amistad entre dos personas, entendiendo por amistad una relación fuerte, sana, joven, renovada y renovable en cada momento, fiel, sacrificada, generosa y alegre, es uno de los mayores placeres de esta vida. Clave para una existencia que realmente merezca la pena. Hacen que consigamos ver la otra cara de la vida, la cara oculta, encerrada en la rutina, en lo diario, en los detalles que pasan desapercibidos, que son los que realmente echamos de menos cuando faltan.
Es la amistad una de las mayores bellezas de este mundo en el que tanto nos cuesta vivir, una de las relaciones humanas más perfectas y exitosas.
(…)
Podría recordarte aquellas tardes eternas de sábado, de domingo, de verano, de invierno … en las que jugar era nuestro único objetivo, la diversión inocente y tierna de la alegre infancia. Las tiendas que montábamos en la finca de tus abuelos, o lo que nos gustaba entrar en la panadería a media mañana para pedirle a tu abuela que nos diese conguitos, al principio se negaba, pero luego siempre acababa cediendo. También las tardes que pasamos en casa de mis abuelos en Fene, en tu casa de Guísamo o en la mía de Ferrol. Las peleas y los juegos. Los recreos del colegio. La farmacia de tus padres.
Seguro que también recuerdas la llorera que me entraba cada vez que me quedaba a dormir en tu casa porque echaba de menos a mi madre, echaba de menos su beso de buenas noches.
Luego llegó la adolescencia, nuestros primeros novios, las inseguridades, los cambios de estado de ánimo tan repentinos, la susceptibilidad, las ganas de verlo y probarlo todo, de descubrir y sentir todas las emociones existentes, de vivirlo todo sin descansar, de entenderlo todo, de ser mayor, de conocer, decidir, de amar.
La rutina del colegio, las profesoras, las manías, las pelotas, las rebeldes, las chaponas, las rebotadas … ahí estábamos todas, compartiendo las pequeñas cosas de cada día, muchas de ellas tan olvidadas ya, pero que en su momento fueron importantes, claves para consolidar esta amistad.
Lo mejor, la juventud. Aunque el periodo pintaba bien, se torción un poco en nuestro primer año de carrera, supongo que las decisiones que se toman sin pensar muy pocas veces son acertadas, en este caso no lo fueron, y un cúmulo de circunstancias hicieron que nos cargásemos a la gota que colma en vaso, sin pensar que esta es de un tamaño muy reducido, que tras hacerlo, el vaso sigue lleno, y aquella que nos hemos cargado era una simple e inocente gota de agua. Pero como ocurre también en la vida cuando un edificio se construye bien un terremoto no lo tira y así ocurrió. Temblaron los cimientos. Pero después, el edificio seguía en pie. Y ahí seguimos las dos. Comenzando a disfrutar de nuevo.
Y como siempre después de la tormenta sale el sol. Un sol fuerte y reluciente que valoramos mucho más tras días de lluvia.
Luego vino la playa, Amaral, viajes a Ferrol al dentista, media hora para aparcar y media calle riéndose de nosotras, largos paseos por el paseo marítimo coruñés, recogida en la gasolinera de Fene, viaje a Madrid con el coche lleno de maletas, prohibido fumar en mi coche, estoy enamorada, yo me estoy desenamorando de Pablo, un piso que queremos amueblar con muebles comprados en un chino, llegar media hora tarde, el GPS que no sabe guiarnos, tardes en el Pato tomando café con hielos, un regalo de cumpleaños inesperado y agradecido, en fin, todo es como una tarde de domingo rara.

Dedicado a mi lectora más fiel.
¡MUCHÍSMAS FELICIDADES!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DOLO!!!!sto es mxsssmmm mejor d lo q podiaaa esperarrrrrr!!!!!!!en seriooo eres la mejor...ty q llorooo...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
mñana hablamosss!!!!!!!!!1bestooooooo giganteee!!!!t adooroo!!!

Anónimo dijo...

La verdad esque es super bonito lo que le escribiste...

Besos!
Ari