nuestra dimensión

Sencillamente, no lo es. No es el ser humano alguien o algo sencillo, humilde, sincero y coherente. No lo es. Por ello no puedo prometer no volver a actuar como si lo fuera, pues precisamente porque no lo soy no puedo evitar no fingirlo.

No entiendo porque me equivoco o en que lo hago y por eso me parece que no me estoy equivocando. Qué error más básico y a la vez de los más enmascarados y complejos, de los más vulgares y soberbios. Siempre presente. Siempre callado.

No entiendo el mundo. No sé explicarlo y tampoco comprenderlo. Y por ello no pienso que pueda ser simple. Al revés, únicamente puedo definirlo como algo muy complejo y completamente enredado de relaciones subyacentes entre todos sus componentes, la mayoría de ellas aún no estudiadas por nuestra especie. Y quizás sea más simple, más sencillo. Y mis neuronas y la comunicación entre ellas lo vacío, lo corto, lo poco inteligente.

Y creer que soy más por el simple hecho de ser diferente. De ser otra cosa. De ser de la misma materia y diferente forma. Y no es más que el ego que rodea mi mente. Rodea cada neurona, impregnándose en cada pensamiento, dejándome sin capacidad para comprender que es todo mucho más sincero que esa red de mentiras creada de forma tan artificial. Que no soy más que una parte que lucha, como los demás, por su supervivencia y reproducción, sujeto a las mismas leyes, a las mismas verdades, a los mismos límites y a las mimas razones de existencia. Eso suponiendo que existan verdades, límites y razones. Suponiendo que existimos cuando somos. Y que somos porque existimos.

Y quiero soñar despierto una vez más. Quiero no ser comprendido y no entender nada. Y que no te guste, y que no me importe. Porque sé que lo que hago no importa pero no sé ni siquiera que estoy haciendo. Y no me importa hacerlo bien o mal si lo hago, si lo quiero ahora. Es para mí una manera más de huir de una falsa realidad para bucear de lleno en la verdadera, aquella que no entiende de razones y tampoco de sentimientos. Aquella en la que la materia y la forma se fusionan, así como lo hacen el bien y el mal, la mente y los sentimientos o la razón y lo irracional. Dejando finalmente un enorme vacío en ese lugar de la mente, hasta entonces ocupado por lo lógico, para llenar por completo de sentido una existencia fugaz y poco importante.

Te pido a gritos tus palabras. Solo eso. No quiero más. Ya he liberado mi mente dejando un hueco solo para lo necesario, para el alimento que le ayude a sobrevivir. Y para ello, para la supervivencia intelectual, solo necesito tus palabras. Palabras sinceras, me da igual si sencillas o complejas, aunque cuanto más complejas sean mayor será el éxito, pues lograrás sacarme palabras de lugares tan recónditos que ni tú ni yo imaginamos su existencia. Y después, descansar tranquila tras unas reflexiones que alaguen y reflejen la punta del enorme iceberg que ha supuesto en tu vida una entrada pequeña y rápidamente escrita. Para después descansar sin poder hacerlo. Y que en medio de la noche te despiertes aturdido y escribas lo que impide que concilies el sueño, escupiéndolo en una hoja del Word mientras fumas un cigarro de esa cajetilla roja. Para después volver a dormirte y despertarte mañana con la dulce sensación y la intriga absurda de querer releer esas palabras y retocarlas, para mostrármelas. Y que pueda de nuevo volver a inspirarte durante la noche oscura o en un día soleado, a muchos kilómetros de distancia. Y como siempre, viviendo vidas muy paralelas en las que nadie puede imaginarse la dimensión que dan a la noche y al día unos cuantos párrafos que llevan siempre la misma firma.
Volveremos a lo absurdo y solo así lograremos sobrevivir. Si quieres que no muera mi parte de artista no puedes dejar de escribir, no puedes dejar de estimularme y responderé, y mis respuestas serán para ti estimulaciones. Y así lograremos entrar en un ciclo vital, de esos que tanto abundan en este planeta, y de los que se desconoce cuál fue el factor que los desencadenó. Quizás el huevo, tal vez la gallina.

Para los momento absurdos, para la falta de tiempo, para la pérdida inútil y las ganas de huida. Para los que no comprenden lo que es renovarse, para los que mueren sin haber vivido. Para los que encuentran de pronto una nueva dimensión que no puede ser descrita, tampoco explicada, únicamente vivida y que solo comprende aquella persona que comparte contigo ese círculo vicioso. Y nada más. Repito, comparte el círculo vicioso, ese maldito ciclo vital y nada más. Y quizás sea esa la razón del dolor, del sufrimiento o de la incomprensión, el querer introducir dentro de un ciclo cerrado elementos que no forman parte de él y que destrozan el equilibrio dinámico hasta entonces existente.

Dejemos que se forme de nuevo el ciclo. Esta vez con la lección aprendida. Sin querer alterarlo, sin confundirse ni engañarse sobre lo que es y lo que no es. Lo he aprendido. He necesitado pasar por un desequilibrio profundo, por tiempo de ceguera, por un largo camino de dolor agudo, un dolor que solo comprenden aquellos cuya sensibilidad es demasiada para pasar la existencia en un mundo tan brusco. He necesitado todo eso para aprenderlo.

Dejemos a la vida actuar de nuevo, a esas fuerzas desconocidas. Una vez más me buscarás y yo te buscaré. Nos encontraremos y tú dudarás. Tendrás miedo de que mis palabras no se correspondan con mis hechos, miedo a volver hacia atrás. Y yo lo entenderé. Pero no pasará. Y eso, en parte, te sorprenderá y en otra parte te alegrará. Pero esta vez ya no lo haré para sorprenderte ni para alegrarte, si no porque quiero ser yo y dejarte ser tú.

Y entonces volveremos a formar parte de ese ciclo incomprensible e insensible que nos une inevitablemente. Y entonces todas tus palabras actuarán en mi como fuente de inspiración y con las mías ocurrirá lo mismo en tu mente.

Y conseguiremos volver a vivir en esa dimensión que habíamos perdido.

5 comentarios:

Gargamelle dijo...

que grande! me ha encantado. super intenso... jajaa luego a veces releo estos comentarios cuando releo los textos y pienso, por dios! que cursi soy. Pero es que es realmente lo que me sale después de leerlo.

Maktub dijo...

jajajja... es verdad, a veces puede resultar cursi pero creo que es sensibilidad.
con tus palabras "cursis" me doy cuenta de que no lo dices por decir, que eres de los pocos que sabes que quiero decir, que entiendes verdaderamente mi forma de expresarme!

Anónimo dijo...

...me parece q mñana tenemos para rato..!!!:)

JLAndreu dijo...

Yo me identifico con prácticamente todo el texto.Creo que hay algo en común entre nosotros (y perdona o gracias). Como desde ayer sé algo más de ti ahora entiendo mejor este texto. Es una disección del hombre bastante buena, y me encantan esas trazas "antropológicas". Mis planteamientos son similares a tus expresiones, y me encanta descubrirte y me da rabia (pero cada vez menos). Un consejo si puedo dártelo: si escribes paradojas y contradicciones con sentido, intenta no hacerlo tan confuso: al contrario; intenta buscar palabras y expresiones más sencillas, porque el fondo ya lo tienes. NO hagas difíciles con las palabras los pensamientos difíciles.Expresa con palabras fáciles los pensamientos difíciles. También pienso que el mundo es difícil. Un beso grande!

Maktub dijo...

Andreu-me gusta que hayas comentado esta entrada porque para mi es una de las mejores! en la que expreso una situación compleja pero real!
gracias por tu comentario!
y por el consejo! intento escribir lo más sencillo posible pero cuanto más sencillo intento que sea más complicado me resulta!

un abrazo!