pequeños detalles envueltos en rutina

Beber agua en la taza del Starbucks que robamos aquel día que probé el dulce café moca, que discutimos las ventajas e inconvenientes de aquel local y celebramos el triunfo del partido de aquella tarde.

Mirarnos unos a otros intentando descubrir quien es el más patoso comiéndose una hamburguesa de pollo del Mc Donalds de Cuatro Caminos el mediodía del jueves que decidimos no comer en la facultad.



No conocerte de nada y sin embargo no considerarte un extraño porque tú sabes quien soy yo, y yo sé quien eres tú. Y que eso nos sirva de excusa para escribirnos largas parrafadas intercambiando opiniones distintas sobre la visión antropocétrica del mundo y todas sus consecuencias. Y alegrarnos, ya que no todos los días se encuentra a un desconocido conocido con el que se puede hablar de verdad.



Reirme con mis hermanos recordando momentos divertidos que ninguno hemos podido, ni querido, olvidar. Y saber, mientras nos reimos escandalosamente, que nos unen muchas más cosas de las que nos podemos imaginar. Muchas más de las que nos podrían separar.



Escribir en este cuaderno que me regaló un buen amigo una tarde de febrero. Y encontrarme, en medio de las hojas que hoy lleno de palabras, su letra con frases que me gusta no olvidar.

Escribir aquí.

Releerlo como me aconsejó aquel gallego rubio.

Y después pasarlo al blog y disfrutar leyendo vuestros comentarios.

6 comentarios:

Miqui Brightside dijo...

Ya me sales en últimos cambios cuando actualizas! sisisi

Anónimo dijo...

Es curioso, y me alegro, de tener personas a nuestro lado que “hablen” bien de nosotros, y nos sirvan de “carta de presentación” a los demás. Algo así como una especie de certificado de garantía. A mí me pasa, que cuando conozco a alguien, en seguida quiero que conozcan parte de mi entorno, porque nuestro entorno puede decir de nosotros cosas que ni siquiera nosotros mismos podemos explicar con palabras. Pero que a la vez, nos deja ser conocidos, que los demás nos conozcan, sin apenas darnos cuenta de que hay cosas y situaciones en la vida que hablan más que mil palabras.

Marta dijo...

Hay menos cosas imposibles de las que nos imaginamos...

¿Has oído hablar de las neuronas espejo?

Quizá, tal vez, podría ser que, de algún modo, la "Sesión de noche" se proyectara para ti ;)

Rebeca dijo...

Me gustan tus escritos, alguno me ha hecho sonreir y eso no abunda, seguire pendiente de más posibles sonrisas :)

la velvet dijo...

pero que poca consideracion con una pobre invalida visual como yo!
el lunes te vas a enterar de lo que vale un peine jajaja
y gracias por lo del texto...te voy a buscar a un Leo en tu vida y vas a ver que bien jajajajja

Kraichek dijo...

es una mierda que en el starbucks no se pueda fumar!!!
ya he conquistado media europa!!